Hola marabunta, esto va en serio y en coña a la vez. Empezamos las crónicas de sucesos y lo hacemos con un concierto que hemos visto por la patilla y que tú podrías haber visto gratis sin pedir acreditación ni nada. Aquí os va:
Allí que estábamos nosotros, dos pasmaos tomando apuntes (como si esto
fuera p'a nota) y comiendo tarta de zanahoria en el Café de Ruiz,
que inauguraba su año musical con sus #Juevesdeautor con la actuación de
Alex Ollero and the Empty Summers; y allí estaba él, también nervioso. Nos lo
confesó todo previamente. ¿Quién evaluaba a quién? Daba igual, comenzó a tocar y
allí se relajó hasta el apuntador.
Primera nota nuestra en el cuaderno: empiezan con retraso, nos vemos
obligados a jugar al ajedrez para matar el tiempo.
Mentira y gorda, no jugamos al ajedrez, sólo unos tipos en el café lo hacían,
pero empezó el asunto tardío, eso es cierto. Comenzó la cosa y todos nos
metimos dentro del ritmo, lo contado hasta entonces se nos olvidó.
Primera nota de Alex en la guitarra: tranquilo, lento, creando ambientillo
burbuja mientras él nos habla de una mujer en Moscú.
Y enlaza con la siguiente canción sin hacer pausa. El público ya está en su punto, cocidito. Ya en la tercera canción, OLVIDO, sabemos cómo se las gasta; el rollito es de tranquileo amoroso y no es hasta el superculmen del concierto cuando nos deleita con PIEL Y MADERA una canción, como explica él, escrita a base de comentarios chorra de coleguitas, que anima un poquillo la cosa pero no deja de tener ese toque melancólico.
Y enlaza con la siguiente canción sin hacer pausa. El público ya está en su punto, cocidito. Ya en la tercera canción, OLVIDO, sabemos cómo se las gasta; el rollito es de tranquileo amoroso y no es hasta el superculmen del concierto cuando nos deleita con PIEL Y MADERA una canción, como explica él, escrita a base de comentarios chorra de coleguitas, que anima un poquillo la cosa pero no deja de tener ese toque melancólico.
¡Yyyyyyyyyyyyyyy en Piel y Madera es donde entra la percusión de Pedro!!!!! Menos mal Pedro que apareces dando
ritmete. Estábamos a punto de caramelo y esto nos viene bien. Entra primero al djembé,
yembé, dyambé (¿cómo carajo se escribe esto?) y, con el ritmo bien marcado,
Alex pasa al repertorio de los Empty Summers cambiando el idioma al inglés y el
estilo de cantautor a Americana. Versión acústica de sus temas. Desde entonces
el cajón nos deleita…
La cosa va p’arriba desde luego, pero sin soltarse la melena, ni rozando apenas las ganas de levantarse a gritar aaaaaaaaahhh a la nada. Aunque hay más
ruido, más ritmo, más diversión. En HOME IN DAWN incluso hubo momentos en
que se aceleró la canción, y una guitarra y un cajón acelerados tienen la
tentación de acercarse a la rumba. Pero no, já. No se llegó a tales extremos.
Patricia complementa guay los coros con su pandereta inclusive.
“Bis sincero” Con armónica bracket. Hubo una petición irónica (y atendida) del público para repetir Piel y Madera. TEMAZO.
Por lo general, la música de Ollero es, como hemos dicho,
tranquilita, con temas que discurren sobre todo about el mal de amor ¡AY!, y es
que el chaval parece un apasionado de la vida, pero sin prisas (“que a las
misas de réquiem nunca fui aficionado”) y con letras sugerentemente sencillas,
sin quebraderos literarios.
Diríamos que es bien en melodía para tenerlo en tus
ratitos de relax, pero no nos dio para mover el cucu, y a nosotros nos gusta
mover el cucu. Muchu.
Recordatorio: se les podrá ver en eléctrico el 5 de febrero en el Club Lucy in the Sky (San Vicente Ferrer, 55)
PD.: La tarta de zanahoria estaba para hacer bis y tris.
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