lunes, 30 de mayo de 2016

Son las fiestas de Hortaleza y venimos a tocar.

Hola dansinsus:

Hasta estando fuera de servicio nos encontramos conciertos por casualidad y no podemos refrenarnos para acercarnos a escuchar. Esta vez fue el primer sábado de las fiestas de Hortaleza, el 28 de Mayo. Mientras estábamos comprándonos algodón de azúcar y manzanas acarameladas (o cerveza y bocata de panceta, no recordamos bien) llegaron a nuestros oídos varias secuencias de acordes procedentes del auditorio cercano a las casetas. Y allí que fuimos como las ratas de Hamelin.

Aún era de día y ya había conciertos en marcha, eso sí, con poquita gente como público. Se trataba de la final del concurso de músicos Roberto Mira (Ilustre vecino de Hortaleza y cantante de Los Porretas). Llegamos para ver sólo parte de la última canción de Beluga.
Beluga, Hortaleza, concierto, fiestas

Tras los convenientes ajustes de instrumentos, pedaleras y más cachivachería, los siguientes en saltar al escenario fueron Morning Blackbirds. Menos mal que el cantante repitió el nombre, porque la pronunciación del presentador fue tan perfecta que entendimos Monday Peppers. El caso es que casi desde el primer acorde vimos que esta banda tiene algo. Dicen que son de Hortaleza, pero podrían haber salido de Sheffield o de Glasgow perfectamente. Están muy acoplados entre sí y se aprecia que, a pesar de su juventud, ya van teniendo tablas para calentar al público.

La voz de Álex es clavada a la de su tocayo Turner (el de los Arctic Monkeys), el bajo suena potente, las guitarras tienen una variedad destacable, debido a la cantidad de pedales y Laura, en la retaguardia con su batería, transmitiendo buen rollo con sus baquetas y sus coros además de con su actitud y lo que podríamos llamar coreografías. Todo un espectáculo.

Monday Blackbirds, concurso, concierto, final, Hortaleza, conciertogusto

Además de estas virtudes, tienen temas muy destacables, como Where's Johnny, y con estribillos pegadizos como su nuevo tema Bang Bang con el que se despidieron y que nos encantó. En cuanto pudimos buscamos su videoclip, recomendado por ellos mismos durante la actuación.

Los siguientes es tomar posiciones en el escenario fueron Jelly Bullet. Por desgracia, no llevábamos la indumentaria adecuada para aguantar la bajada de temperatura y tuvimos que retirarnos. En nuestra huída nos dio tiempo a apreciar que ofrecían rock setentero y que se distorsionaba relativamente poco según nos alejábamos.

                            Jelly Bullet, música en vivo, Hortaleza, música en vivo
P. D. La causa mayor, sumada al chaparrón posterior, nos impidió volver al recinto. Por ello pedimos disculpas al resto de bandas participantes: The Benturas, Screams on Sunday y Varo V.  por no habernos quedadoa verles ni escribir sobre ellos.




sábado, 14 de mayo de 2016

BLUE-GRASS COUNTRY NIGHT

Hola bobibrauns:

Seis de mayo: la noche es oscura y cae una lluvia intensa en un lugar alejado de la gran ciudad. No, no estamos en el comienzo de Rocky Horror Picture Show. Estamos camino de El Boalo; pueblo de la Sierra de Madrid en el que la estatua más representativa lleva un paraguas. ¿Que qué hacemos aquí? Pues nos hemos acercado a la sala Y YO QUÉ SÉ a ver a la banda pamplonica Jo & Swiss Knife.

Con un clima tan poco apacible y con la poca antelación con la que se anunció el cambio de ubicación del bolo, la audiencia fue escasa. Así que tras un improvisado meet and greet que retrasó la actuación, la banda se puso sus respectivos trajes de faena, que incluían petos, calzones de cuerpo entero, sombreros de paja, gorros con cola de mapache y botas vaqueras.

De esta guisa los cinco integrantes de Jo & The Swiss Knife subieron al escenario donde les esperaban sus múltiples instrumentos y, a pesar de lo desalentador de cómo estaba la pista, ofrecieron a los pocos presentes un espectáculo más que digno.



Presenciamos un concierto de blue-grass (es un estilo musical, no algo que se fuma) con canciones que recuerdan a whisky de maíz en barricas con varias equis. Por si quedaba alguna duda de qué iba la cosa, la actuación comenzó con una interpretación del clásico Rabbit in the Log que nos dejó un alto nivel de redneck. Seguido por The Train I just can't jump in, la primera muestra de la factoría navarra y una versión animada de Got me a woman de Levon Helm.

Con Seen Double descubrimos que el percusionista (quien toca de pie y con los pedales del charles y del bombo se puede marcar una clase de spinning sin despeinarse) también hace de vocalista. Tras la balada La de Buckley llegó You'll always be Free: uno de los grandes temas de su disco Music from Small Pink, en los que se muestra que son una banda conjuntada y bien integrada. En el vídeoclip tienen una curiosa censura (ésta la buscáis, ¡¡cacho vagos!!). 

La velada siguió con Laundry Room (The Avett Brothers) y Crown of Daisies. Éste para nosotros es EL TEMAZO del grupo. Toda la percusión fue hecha con dos cucharas de madera. Nos encanta y nos lo sabemos de memoria (o casi)Nos dejó con buen sabor de boca. Eso y la ronda de chupitos varios a la que invitó la banda a tooooodos los presentes.



A este despliegue de su propia creatividad le siguió una fase de versiones que mostraban sus influencias tal y como fueron Down South in Orleans (Bobby Charles o The Band), Will the Circle Be Unbrocken (Johnny Cash & Family) y Sweet Amarillo (más parecida a la de Old Crown Medicine Show) una lentita para bailar arrimados, en la que destaca el violín que evoca a bailes de granero.

Tras esta exposición de música de otros lugares y otros tiempos, Jo & Swiss Knife volvieron a la carga con canciones propias como la saltarina Little Girl from Virginia o la más íntima Hey Nena. Los cinco músicos ofrecieron su interpretación de The Weight de The Band y la multiversionada y poco conocida por estos lares This Train is Bound for Glory. Con un yijaaaaa gritado comenzó la divertida 8 Dogs 8 Banjos con su diálogo de vocalistas (al que cambiaron ligeramente la letra) que hizo a la audiencia saltar en círculos mientras enlazaba sus brazos con el compañero de al lado. Pero como todo, hasta los conciertos de Jo & Swiss Knife acaban, y la despedida nos la dieron con Don't want go Home tras casi dos horas de espectáculo.


Un concierto semiprivado muy divertido de una banda que por méritos merece más atención. Si alguna vez paseáis por la calle, fijaos en los músicos callejeros, puede que os los encontréis divirtiéndose y divirtiendo al personal, así los conocimos nosotros.


















P. D. : ¡¡Que la carreta no pare!!

sábado, 7 de mayo de 2016

NASTISAURIOS

Hola yonibigús :

La noche del Día del Libro nos la pasamos en la Sala Sol, viviendo aventuras en primera fila. 
La caña de rigor en el bar de al lado nos hizo retrasarnos un poco, por lo que, a pesar de que no había cola para presentar la entrada por la que aflojamos 10 eureles por cabeza, llegamos con el espectáculo empezado. Culpa nuestra.







Así que cuando llegamos nos encontramos la sala con muchos huecos aún y a los tres miembros de The Saurs dándolo todo sobre el escenario con el final de Knife. Durante Wax Flower ganamos posiciones sin resistencia al ritmo de sus Oh-ohs plantándonos así al pie de los escalones que llevan al escenario de El Sol. Con esta canción nos ganaron.

En Ain't no Deal recibimos el primer empujón de mastuerzo por la espalda, no fue el último.
Engui y Sueiro, con sus guitarras subidas al pecho con la cincha cortita, prosiguieron a los suyo: Engui camuflando su voz entre las cuerdas, Sueiro moviéndose con su guitarra en posturas inverosímiles para la velocidad de sus dedos.


Canciones cortas, rápidas y flipantes, que hacían que el público se fuese animando más y más. Ya para The Magic Shape la proporción de colegas en relación al público general decayó y el entusiasmo de los primeros fue contagiándose a éstos últimos.

El trío barcelonés lo completa Alejandro a las baquetas. dando ritmos infernales y redobles lanzadores que hacían menearse al personal mientras se podía leer en sus labios "patupatu-patupatu" añadiendo un aliciente más a presenciar sus próximos directos. 
A toda tralla fueron pasando por el que, de momento, es su único disco Magic Shape, con una paradita que Sueiro aprovechó para quitarse la camiseta. Hecho que nuestra nueva amiga, conocida del grupo, se descojonara de forma contagiosa. 

Su actuación acabó con Thursday y su riff hipnótico. Al darnos la vuelta, comprobamos que la sala estaba a reventar. The Saurs abanonaron el escenario habiendo dejado bien calentito al público. 

Tras el conveniente rato de trabajo de "pipas" y ajuste de instrumentos aparecieron por el escenario Los Nastys.
Con un efecto de reverb en el micro, que hizo que no se entendiera una sola palabra, comenzó Luis el show. La reverberación nunca abandonó su voz. 
Claro que no estuvo solo; su propia guitarra junto a la de Fran, el bajo de Omar y la batería de Luli acompañaron los ecos de su voz, para activar desde No Hay Amor en las Calles en los cerebelos de los asistentes las sinapsis necesarias para comportarse como trogloditas; a bailar, a empujarse, a gritar y un poco de unga-unga.


Un pogo que fue creciendo de delante hacia atrás inundó la pista con el punk garajero de Los Nastys. El sentido del pogo se invirtió y los empujones llegaron a las primeras filas como olas a la orilla que formaban los escalones en cuarto de círculo hacia el escenario. La rompiente de esta marea fueron las primeras filas que aguantaron en vertical hasta que la  marea fue tan fuerte que, en Baby una veintena de espectadores escaparon hasta arriba, tan arriba que llegaron a desconectar las guitarras y se tuvo que parar y repetir la canción.

A pesar de ello, el concierto siguió, con caídas en primeras filas (pues no tenían valla a la que sujetarse) siendo foco de los fotógrafos el público en oblicuo u horizontal. Desde aquí pedimos disculpas por no salir sonriendo en esas fotos, y damos las gracias a los samaritanos que nos levantaron a pulso. 
Cuando creíamos que la demencial algarabía no podía llegar a más comenzó Madrid es un Cementerio, durante la cual permanecer en el pogo convalidaba primero de INEF. Pero la locura desatada con Fumar, beber, romper, externalizada con todos los síntomas anteriores más manteos del personal, ya no tuvo fin hasta el final del show, en el que Luis se lanzó al público con micro y todo (para desesperación del personal de la sala) llegando manteado al fondo y dando, al volver, con su espalda en los escalones, de donde no se pudo levantar inmediatamente debido al abrazo de un ultrafán. 



Desconocemos el parte de daños, pero moratones y agujetas seguro que están incluídos en el debe de esta noche. Como para haberse quedado en casa leyendo.

P.D. : Un saludo a las Hinds, dondequiera que estén, que aunque no lo sepan fuimos compañeros de fatigas sufriendo las mareas haciendo de rompeolas.