sábado, 7 de mayo de 2016

NASTISAURIOS

Hola yonibigús :

La noche del Día del Libro nos la pasamos en la Sala Sol, viviendo aventuras en primera fila. 
La caña de rigor en el bar de al lado nos hizo retrasarnos un poco, por lo que, a pesar de que no había cola para presentar la entrada por la que aflojamos 10 eureles por cabeza, llegamos con el espectáculo empezado. Culpa nuestra.







Así que cuando llegamos nos encontramos la sala con muchos huecos aún y a los tres miembros de The Saurs dándolo todo sobre el escenario con el final de Knife. Durante Wax Flower ganamos posiciones sin resistencia al ritmo de sus Oh-ohs plantándonos así al pie de los escalones que llevan al escenario de El Sol. Con esta canción nos ganaron.

En Ain't no Deal recibimos el primer empujón de mastuerzo por la espalda, no fue el último.
Engui y Sueiro, con sus guitarras subidas al pecho con la cincha cortita, prosiguieron a los suyo: Engui camuflando su voz entre las cuerdas, Sueiro moviéndose con su guitarra en posturas inverosímiles para la velocidad de sus dedos.


Canciones cortas, rápidas y flipantes, que hacían que el público se fuese animando más y más. Ya para The Magic Shape la proporción de colegas en relación al público general decayó y el entusiasmo de los primeros fue contagiándose a éstos últimos.

El trío barcelonés lo completa Alejandro a las baquetas. dando ritmos infernales y redobles lanzadores que hacían menearse al personal mientras se podía leer en sus labios "patupatu-patupatu" añadiendo un aliciente más a presenciar sus próximos directos. 
A toda tralla fueron pasando por el que, de momento, es su único disco Magic Shape, con una paradita que Sueiro aprovechó para quitarse la camiseta. Hecho que nuestra nueva amiga, conocida del grupo, se descojonara de forma contagiosa. 

Su actuación acabó con Thursday y su riff hipnótico. Al darnos la vuelta, comprobamos que la sala estaba a reventar. The Saurs abanonaron el escenario habiendo dejado bien calentito al público. 

Tras el conveniente rato de trabajo de "pipas" y ajuste de instrumentos aparecieron por el escenario Los Nastys.
Con un efecto de reverb en el micro, que hizo que no se entendiera una sola palabra, comenzó Luis el show. La reverberación nunca abandonó su voz. 
Claro que no estuvo solo; su propia guitarra junto a la de Fran, el bajo de Omar y la batería de Luli acompañaron los ecos de su voz, para activar desde No Hay Amor en las Calles en los cerebelos de los asistentes las sinapsis necesarias para comportarse como trogloditas; a bailar, a empujarse, a gritar y un poco de unga-unga.


Un pogo que fue creciendo de delante hacia atrás inundó la pista con el punk garajero de Los Nastys. El sentido del pogo se invirtió y los empujones llegaron a las primeras filas como olas a la orilla que formaban los escalones en cuarto de círculo hacia el escenario. La rompiente de esta marea fueron las primeras filas que aguantaron en vertical hasta que la  marea fue tan fuerte que, en Baby una veintena de espectadores escaparon hasta arriba, tan arriba que llegaron a desconectar las guitarras y se tuvo que parar y repetir la canción.

A pesar de ello, el concierto siguió, con caídas en primeras filas (pues no tenían valla a la que sujetarse) siendo foco de los fotógrafos el público en oblicuo u horizontal. Desde aquí pedimos disculpas por no salir sonriendo en esas fotos, y damos las gracias a los samaritanos que nos levantaron a pulso. 
Cuando creíamos que la demencial algarabía no podía llegar a más comenzó Madrid es un Cementerio, durante la cual permanecer en el pogo convalidaba primero de INEF. Pero la locura desatada con Fumar, beber, romper, externalizada con todos los síntomas anteriores más manteos del personal, ya no tuvo fin hasta el final del show, en el que Luis se lanzó al público con micro y todo (para desesperación del personal de la sala) llegando manteado al fondo y dando, al volver, con su espalda en los escalones, de donde no se pudo levantar inmediatamente debido al abrazo de un ultrafán. 



Desconocemos el parte de daños, pero moratones y agujetas seguro que están incluídos en el debe de esta noche. Como para haberse quedado en casa leyendo.

P.D. : Un saludo a las Hinds, dondequiera que estén, que aunque no lo sepan fuimos compañeros de fatigas sufriendo las mareas haciendo de rompeolas.

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